¿Como escribir sobre el amor? a veces los sentimientos se esconden como si se tratase de algo penoso, como si amar a alguien fuera un pecado. La verdad, amar es un acto involuntario. Claro, hablamos de amar a alguien que no tenemos el santo deber de amar. Digo involuntario porque nosotros no decidimos de quien enamorarnos, simplemente sucede y ya. A lo mejor vamos caminando y nos cruzamos con alguien que llamó nuestra atención porque es muy atractivo a nuestros ojos. Más eso, no es indicativo de que nos enamoraremos y sentiremos pasión por ese alguien. Bueno, ese es el caso de los hombres. Las mujeres increíblemente relacionan más atracción física con deseo y satisfacción emocional y sexual. Los hombres tienden a ser mas cautelosos, saben distinguir cuando una mujer es para un rato y cuando una no es para un rato. Me refiero a que tendemos más fácilmente a aceptar este hecho. Vemos una mujer y así nos parezca muy linda y bella y queramos tenerla siempre en nuestra cama, sabemos claramente que esa mujer no es para matrimoniarse.
No obstante, a la mujer; debido a que unen tanto la emoción con los sentimientos y a éstos con el sexo, les cuesta mucho trabajo hacer distinciones. Y sé que hay mujeres que dicen que ven a un hombre y saben cuándo son para un rato o para casarse y señalamientos similares. Sin embargo, eso no es tan cierto y la mayoría de mujeres que dicen esto, lo hacen solo para justificar sus propias conciencias y procederes impropios que la hacen sentir vergüenza y ocultan la pena justificándose así mismas diciendo: sabía que ese hombre era solo para un momento y ya.
La verdad, es que una mujer jamás piensa así, la mujer ve un hombre que le gusta, que le atrae de verdad y lo primero que piensa es en tenerlo y obviamente no por un rato. Ella quiere fantasear a ser la dueña de ese hombre por mucho tiempo, presumirlo con sus amigas y etc. Quizás no piense en casarse y tener hijos de una vez aunque algunas si lo hacen. Pero pensar que es solo para una noche y ya, tampoco sucede o por lo menos no es la media, la mujer siempre tiende a pensar en relaciones largas y duraderas. La razón es que su subconsciente la obliga a buscar parejas que por lo menos se queden hasta destetar a una posible cría, este hecho es científico, evolutivo y absolutamente cierto. Ahora bien, es precisamente esta razón científica la que crea la diferencia entre la forma de ver a una posible pareja de los hombres y las mujeres, mientras un hombre puede distinguir realmente que mujer es para criar sus hijos y cual es para un rato; sin intentar usar una para lo otro. La mujer intenta que ambos hombres sean la misma persona.
Ahí está el problema, la mujer en su afán de que ambos individuos sean el mismo ser, se esfuerza en cambiar a uno o al otro. Ella inicia toda relación convencida de que va a pulir a aquel hombre, de que es un diamante en bruto que ella va a afinar y a convertir en una preciosa joya envidiable. La verdad, rápidamente se da cuenta de que le está costando más trabajo de lo que pensaba aquel diamante en bruto, es más, a momentos piensa que quizás no era un diamante después de todo. Existen momentos en que la mujer descubre con regocijo, que tenía razón, si era un diamante, no de las características que ella pensaba y no tan fácil de pulir, pero si, se puede decir que de aquel diamante de alto pilotaje saco una joya de un valor apreciable pero sin llegar a invaluable y perfecto. No obstante, aquello es un muy pero muy bajo porcentaje, menor al 2% quizás, en el 98% de los casos ella acabara encontrando que no era un diamante sino una simple piedra sin ningún valor, y que peleó, luchó y se sacrificó por algo que terminó no valiendo nada y lo peor, algo a lo que le es absolutamente indiferente todo el sacrificio vivido por aquella incauta mujer. Como una piedra del camino literalmente.
Los hombres no tienen ese problema, los hombres en una medida proporcionalmente inversa a las féminas, no tratan de convertir a una mujer en algo que no fue, no parece y nunca fue. El hombre simplemente sabe que mujer es para el sexo, cual para un amorío pasajero y cual para casarse, es esta la razón de que sea muy difícil para un hombre dejar la esposa por la amante; muy a pesar de todas las sensacionales características que éstas tengan. Es más, en la gran mayoría de los casos los hombres le dejan muy en claro a la amante que ellos no dejaran a su esposa desde el principio. De allí, que sea mérito de la mujer (de la moza) lograr que “su hombre" deje a mujer e hijos por ella.
Esta habilidad del hombre para identificar y dar a cada mujer su puesto, le libra de muchas desavenencias amorosas. Obvio no es una ciencia exacta; pero si, pudiéramos válidar que las mujeres sufren más por este tipo de confusión que el hombre. Mientras un hombre tenga esto claro, será feliz. Y por otra parte, las mujeres que logren tener esto claro, también lo serán. Es importante este principio debido a que es prácticamente la base del poder y aquí inicia y termina la lucha de los sexos. Porque mientras la mujer siga pensando que puede cambiar a un hombre a su deseo, seguirá dándole un poder inmerecido sobre si misma y mientras el hombre siga pudiendo diferenciar entre mujeres; seguirá tratándolas como objetos. Aquí se escenifica la lucha entre hombres y mujeres, aquí está la base del patriarcado; las mujeres terminan cayendo víctimas de su biología, mientras que los hombres ganan dominio entendiendo mejor como son las cosas, y de allí su ventaja.
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