Los hombres (parte 2)

En esta segunda parte trataré de ser un poco más expedito y responder de un modo más corto otras preguntas que normalmente se hacen las mujeres sobre nosotros los hombres. Un ejemplo de esas preguntas es la siguiente:

¿Qué tan intenso es nuestro enamoramiento?

Esta pregunta me la hacen muy seguido, nosotros los hombres no somos emocionales como las mujeres, por lo tanto cuando nos enamoramos, lo hacemos mucho, es decir cuando un hombre está realmente enamorado de una mujer, se puede decir que lo estará prácticamente toda su vida. A diferencia de la mujer que debido a su temperamento emocional (tipo carrusel) hoy puede estar locamente enamorada y una acción o hecho repentino puede hacer que mañana le sea indiferente el mismo hombre, con las razones que ella misma juzgue razonable. Uno el hombre no tiene ese facultad, cuando un hombre se enamora, lo hace convencido (obviamente estoy hablando de un enamoramiento real, no hablo de aquellos en el que un hombre finge estar enamorado hasta obtener un favor sexual de la hembra- estrategia que usamos porque sabemos que la mujer busca estabilidad emocional y difícilmente acepta aparearse si no la convencemos de que estamos invirtiendo emociones en ella, un hecho emblemático es que la mujer debido a su alta capacidad de percepción sabe cuándo un hombre no está realmente enamorado y solo quiere sexo, pero decide caer a propósito esperando que el sexo lo convenza de estar realmente enamorado; ya sabemos los resultados de estos experimentos). Pero, cuando el hombre eventualmente se enamora, invierte realmente sentimientos, cuando amamos a una mujer realmente la vamos a amar siempre, ella tendrá un lugar en nuestro corazón, el hombre ama sus recuerdos (a diferencia de la mujer que prefiere sepultarlos. Un grito de guerra común de las mujeres que prueba este punto es: “si no me acuerdo no paso”) así que un hombre siempre recordará lo vivido con nostalgia (esto en el caso en el que no se haya concretado el amor), pero el hombre siempre vivirá enamorado de aquella experiencia bonita que vivió.

De modo que, respondiendo la pregunta de la forma más sucinta posible, SI, nos enamoramos con intensidad y verdadero amor, llegando a ser capaces de aceptar y de hacer cosas que tan solo una mujer u otro hombre bien enamorado entendería. Cuando conocemos a esa persona que nos llena, nos complementa, de la que nos enamoramos, lo hacemos con locura. Tristemente, cuando no se enamora un hombre de la mujer correcta, suele sufrir mucho y la pérdida de esa persona eventualmente por separación, le dolerá tanto como la pérdida física (muerte) de un ser querido. No se si la mujer ame así, la evidencia empírica no me deja claro eso, pero un hombre puede llegar a amar con una intensidad muy alta.

Siguiente pregunta:

¿Qué tanto nos gusta el sexo?

Mucho, a un hombre le gusta el sexo, nos gusta disfrutar de las relaciones carnales con mucha intensidad y si esta se da con la mujer de la que estamos enamorados, puede una mujer estar segura que su pareja disfruta mucho del sexo con ella. Siempre y cuando (tiene una pequeña cláusula) la mujer cumpla fielmente con satisfacer a su pareja en ese sentido. Nos gusta la pasión, el fuego, una mujer que sea una dama en la calle pero una callejera en la cama. Una de las principales causas de infidelidad es que el fuego, el deseo en la mujer se extingue al poco tiempo luego del matrimonio; mientras que el deseo en el hombre sigue vivo (luego hablaremos de las razones que provocan que en la mujer se acabe el deseo). Es en ese momento, cuando aparecen los demonios del deseo y las tentaciones que entran a jugar un papel desbordante en el ámbito matrimonial. De allí, que mantener vivo el juego sexual y el deseo es vital para la vida en pareja y termina siendo absolutamente responsabilidad de la mujer; más allá del hecho de que la mujer siempre culpará al hombre de tener la responsabilidad en el enfriamiento pasional. También, de allí surge el éxito de las amantes, quienes por lo prohibido de la relación y otros factores emocionales y excitantes, tienden a mantener la pasión sexual por mucho más tiempo que en un matrimonio.

¿Un hombre bien atendido va a ser infiel?

Si, lamentablemente no hay barreras que impidan esto, por naturaleza el hombre desea aparearse y buscará hacerlo con quien le dé la oportunidad. No obstante, estudios recientes muestran que entre más inteligente sea un hombre, tenderá a ser menos infiel, mientras que los hombres con menos coeficiente intelectual tienden a ser infieles. Lo anterior implica, que la infidelidad es prácticamente una brutalidad que el hombre comete, puesto que, arriesga muchas veces su familia, hijos, trabajo, estabilidad emocional por encuentros furtivos con amantes; muchos son los casos de hombres que pierden todo por andar con otras mujeres distintas a su esposa. No obstante, un hombre inteligente pensará en todo esto (es decir, las consecuencias) antes de cometer un acto de infidelidad, no por amor como quizás sí suceda en el caso de una mujer, si no que no lo hará por motivo de seguridad y estabilidad.

Cualquier hombre con un mínimo de inteligencia sabe que una aventura amorosa nunca se queda en las sabanas, por más que muchas películas e historias fantaseen con que si; la gran mayoría de las veces las aventuras amorosas van a trascender y esto se debe a que el hombre inteligente sabe que la mujer (la amante) no se conforma con tenerlo bajo sus sabanas, para ella es importante mostrarlo, exhibirlo como un trofeo, por esta razón siempre irá pidiendo más y más y exigiendo más compromisos por parte del hombre y si a eso le sumamos el deseo sexual vivo e insatisfecho del hombre casado, la poca disposición de la esposa y la mucha de la amante. Surge una triada que difícilmente sucederá sin consecuencias. Así, que aunque usted no lo crea una forma de reducir el riesgo de que su esposo le sea infiel es eligiendo un consorte que sea inteligente. La inteligencia en todo caso es factor de seguridad en muchos aspectos cotidianos y la vida matrimonial no escapa de ello.

¿Pensamos en ser infieles?

Esto es algo que molesta mucho a las mujeres, pero tengo que decirles que por lo menos en algún momento el hombre piensa en ser infiel, esto es en el caso del buen hombre, el mal hombre, lo piensa varias veces al día y el poco inteligente lo hace varias veces al día. Así que, si su esposo solo piensa en serle infiel en algún momento, considérese afortunada. La mayoría de hombres son infieles sin nisiquiera pensarlo, es más, muchos ven la oportunidad de ser infiel como algo que sencillamente no pueden dejar pasar. Casos se han visto de hombres que consideran una falta a la masculinidad no aprovechar un sexo ofrecido. 

Ahora bien, hay también una cláusula, aun cuando un hombre piensa ser infiel, es muy difícil que piense dejar la esposa por la amante o por una aventura (cumpliendose esto en todos los hombres: buenos, malos y poco inteligentes). Tiene que ser un caso muy específico en el que la amante supere al 100% a la esposa en todos los aspectos imaginables y que la esposa también haya dado motivos o POR situaciones fuera de lo normal para que un hombre piense siquiera dejar a su esposa, a su pareja por una amante, puede desear el físico, desear una noche, una aventura pero jamás cambiar a su esposa. En el caso de la mujer es diferente, la mujer si es capaz de dejar a su esposo por una relación foránea, es más cuando una mujer acepta tener una relación extra-matrimonial es porque ya da por terminado sus sentimientos hacia el esposo; es decir, la mujer cuando es infiel sexualmente es porque ya prácticamente ha decidido dejar a su esposo, mientras que el hombre no.

Es por esta razón, que un hecho conocido y aceptado dentro de la comunidad científica es que el hombre no perdona una infidelidad física, debido a que el hombre asocia: que si la mujer se acostó con otro es porque le gusta o está enamorada u ama a ese otro y ya no a él (cosa que es verdad casi siempre, una mujer realmente enamorada y que ama a su esposo no es infiel). 

Sin embargo, la mujer perdona al hombre en las infidelidades físicas porque sabe que pudo ser solo una tentación del momento, pero que no significa que ese hombre haya dejado de amarla, ella se molestará y mucho, pero terminará por perdonar la infidelidad; disfrazándolo de cualquier excusa: que no quiere quedarse sola, por lo hijos (de haberlos), cualquier excusa, sin embargo la razón es que ella sabe que ese hombre aun la ama, y si ella aun lo ama con toda certeza lo perdonará y punto. El hombre por el contrario sentirá que esa mujer ya no lo ama y se sentirá muy humillado y es muy pero muy difícil que un hombre perdone una infidelidad y no es una cuestión de machismo es una cuestión de que él sentirá (y eso se lo hará sentir la mujer con sobradas muestras), que ya no es amado.

Prueba de lo anterior, es que cuando un hombre es infiel y es descubierto, hará hasta lo imposible, lo que nunca hizo por volver a conquistar el amor de aquella mujer y sanar esa herida, esperando perdón y redención. Sin embargo, cuando es la mujer que es infiel y es descubierta no tiene el mismo reaccionar, la respuesta de ella será frívola, excusatoria y no mostrará señales de arrepentimiento, aunque sí de mucha rabia y resentimiento, porque realmente siente que aquel hombre (su pareja) la orilló a hacer algo que quizás no pensó tantas veces con seriedad (como un hombre si lo haría) pero que sus acciones la hicieron dejar de amarlo; recordemos que para una mujer dejar de amar es un proceso doloroso de decepción y duelo, así que ella sentirá dolor y culpará convencida a ese hombre de ser responsable de su infidelidad, más no mostrará en ningún momento arrepentimiento ni hará nada con volver con él, es más, de poder y tener la oportunidad se irá con el amante a un sitio bien alejado, para no sentir la presión social ni el descrédito que para una mujer significa todo ello. Como ven, si pensamos en ser infieles y a veces lo somos.

¿Nos atraen las mujeres bonitas o las feas?

Esta es una pregunta que quizás las mujeres la harían de otra forma, la mujer siempre quiere saber si realmente el hombre da mucha importancia al físico para enamorarse de una fémina, de allí que un sueño de toda hembra es ser bonita, para sentirse bien consigo mismo, amada y deseada también por los hombres y envidiada por las mujeres. Pues bien, dos cosas: el físico si nos importa pero nos aterran las mujeres muy bonitas, prueba de ello es que estudios han confirmado que las mujeres hermosas son las más solitarias. Esto, debido a que no muchos hombres se atreven a cortejarla, pocos hombres son capaces de acercarse a una mujer exageradamente bonita, lo que hace válida la expresión “la suerte de la fea la bonita la desea” a las poco agraciadas o chicas promedio se le cae más, porque es más sencillo, nos sentimos más en confianza para hablarles, (y esto es así, tanto para chicos guapos como para no guapos) mientras que caerle a una bonita no es tan sencillo. Además, las mujeres bonitas terminan con hombres no muy bonitos porque para ellas el físico no es tan importante. Debido, a que ellas se sienten hermosas y saben que pueden tener cualquier hombre, así que no necesitan estar con el más guapo para reafirmar su belleza (aunque eso no indique que no le guste el chico guapo, solo que no siente la necesidad de estar con ese, abriendose a aceptar tambien a los no tan atractivos del grupo). 

No obstante, la poco agraciada si necesita reafirmarse y mostrar que puede conquistar al hombre que quiera conquistando al más guapo (esto lo ve como una forma de sentirse bonita y reafirmar su belleza; por lo tanto, termina esto siendo el resultado de una falta de autoestima), de esta forma la mujer bonita atrae a los poco agraciados y repele a los más guapos y las poco agraciadas o con poca autoestima atraen a los más guapos hacia ellas repeliendo a los menos agraciados (no es muy común ver parejas formadas por personas: ambas hermosas o ambas poco agraciadas, siempre hay un contrapeso; por lo menos en el mundo real, dejemos a la farandula por fuera). Creando una relación de poder en el que los chicos guapos se sienten a gusto con chicas promedio y las chicas bellas se sienten a gusto con los chicos promedio.

Lo anterior, crea un equilibrio de poder que resulta interesante, y aunque no es una norma, si es una forma que explica porque vemos mujeres muy guapas solas y mujeres poco agraciadas o promedios con muchos pretendientes. A los hombres no nos atrae una mujer que sea muy guapa por muchas razones, pensamos que la competencia es feroz, nos hacen sentir inseguros de ellas, sentir celos y preferimos muchas veces mujeres promedio (amén de aquellos que logran vencer los prejuicios y se enfrascan en conquistar a la más bonita de la fiesta, Suele suceder pero se tratan de individuos que rompen los estereotipos marcados por la sociedad y no se ven muy a menudo), frecuentemente un individuo así se apoya en otras fortalezas que sus competidores desconocen, que puede ser: dinero, inteligencia emocional por encima del promedio o una autoestima fuera de la constante de normalidad o sencillamente se tratan de sujetos estúpidos con poco coeficiente intelectual que no piensan en las consecuencias.

Por las razones que sea, lo importante aquí es que la próxima vez que estés en un lugar y no se te acerque nadie, antes de deprimirte, piensa que quizás tus aires de inalcanzable están logrando muy bien su propósito y te estés colocando innecesariamente por encima del nivel de accesibilidad deseado. Puesto que, hacerte inalcanzable no te dará oportunidad de conseguir mejores prospectos, solo los más osados y atrevidos, lo cual no es sinónimo de ser mejores, sino solo de sentirse menos necesitados y ya en este punto tienes que haber aprendido que un hombre así, no se enamora. También, puede darse el caso que se trate de sujetos poco inteligentes, en cuyo caso también ya conoces los resultados.

Suerte…

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