Aprender a reconocer el tipo de hombre que tienen en frente es la clave para la igualdad de géneros.

...contínua de la seccion anterior.

Hagamos un ejercicio mental para comprender mejor esto. Imaginemos un mundo donde esta ecuación no se dé o que suceda a la inversa, que el hombre no sea capaz de diferenciar y la mujer si. Tendríamos hombres tratando de sacar prostitutas de los bares (no piense en este momento del rumor que le contaron, o la película que vió donde un hombre sacaba a una mujer de un bar y la convertía en su esposa y eran felices) aunque no digo que no pueda llegar a pasar en este universo, si digo que son casos de casos y son muy pero muy pocos; la media es que eso nunca suceda. Pero en un universo donde la ecuación sea invertida si sucede en la proporción que no sucede en esta realidad. Veríamos también, hombres tratando de convertir aquella bella mujer que en su vida a lavado un traste en una hermosa esposa juiciosa y del hogar, o aquella mujer hermosa oficinista e ingeniero en una posesión solo suya (estudios recientes sobre la sexualidad de la mujer en la actualidad, demuestran que entre mas preparadas sean academicamente las feminas, tiende a llevar una sexualidad mas abierta, a casarse a mayor edad, e inclusive a quedarse sola pero manteniendo varias parejas sexuales; siendo esto una tendencia muy similar a la mostrada por el hombre en similares estudios). Siguiendo el tema, tambien veriamos hombres llorando desconsolados por que la mujer que sacó del bar no deja de buscar otros machos para satisfacer sus caprichos sexuales. También, observaríamos hombres criando solos a sus hijos por que la mujer que eligio para traerlos al mundo simplemente se fue en busca de nuevas aventuras una vez lo uso para sus fines eróticos. Como ven, la fuerza física no tiene nada que ver, la inteligencia de uno y otro genero tampoco aportan nada. Todo lo ha decidido la biologia y el saber distinguir que sujeto es para algo y cual no. Es decir, la decisión fue tomada hace mucho tiempo y ocurrió en el momento en el que las mujeres comenzaron a pensar que podían cambiar al hombre, desde el momento que se propusieron hacer que un hombre que evidentemente era para una noche se convirtiera en un padre de familia. 


Allí, se perdió toda esperanza gloriosa de lograr que una mujer se igualara con el hombre. No es de sorprender que una de las luchas femeninas con más fuerza hoy en día, es la de eliminar el cliché social en la que un hombre es bien visto si tiene varias mozas mientras que una mujer es vilipendiada por lo mismo. Muchas mujeres han asumido la batuta y han intentado ser iguales o más promiscuas.

(Luego hablare de que muchas, muchísimas mujeres en la actualidad -de hecho un porcentaje más alto del que tanto hombres como mujeres podemos imaginar- son muchísimo más promiscuas que el hombre; solo que la mujer jamás lo anda pregonando a los cuatro vientos, como el hombre si lo vive presumiendo y demostrando).

Siguiendo el punto, muchas mujeres ven la igualdad en el hecho de lograr ser tan promiscuas como un hombre sin ser criticadas; a esto lo llaman “disfrutar su sexualidad libremente”. Pues bien, acepto su conclusión pero rechazo su premisa. Es decir, acepto que es un primer paso, sin embargo se equivocan en los motivos; pues, al no estar conscientes de su biología evolutiva siguen deseando cambiar al hombre, sin simplemente aceptar para lo que éste le pudiera servir. Por lo tanto, lo único que aportan a la sociedad estos grupos, son mujeres mucho más sumisas a los hombres, más complacientes de éstos y más esclavas de sus deseos biológicos. En otras palabras, la lucha por la igualdad solo logra acrecentar más el margen de distancia que hay entre hombres y mujeres, colocando al hombre como el icono de la cultura y a la mujer como un ser sumiso y entregado a los deseos caprichosos de éste; que no ha tenido que hacer nada para lograrlo, solo existir.


Si la mujer lograra entender y separar los diferentes tipos de hombre que conoce de manera eficiente, fuera un mundo muy diferente, porque realmente entenderían que aquel hombre atractivo que sacó de un bar, jamás será un buen esposo, mucho menos un buen padre, entendería que aquel muchacho bonito que se come a todas jamás aceptara comer en un solo sitio, sabrían que el amigo de todos y todas que conoció en una fiesta tomando con su mejor amiga, no esta interesado en pasar de una noche. Ellas no soñarían con convertir al galán del pueblo en el esposo ideal, ni al timido de la fiesta en el alma del salón; asimismo como ningún hombre sueña con convertir la reina del carnaval en la ama de casa fiel y obediente. No, esto no pasaría en ese mundo, ellas solo se limitarían, si así lo desearan, en tener un encuentro sexual con este hombre sin mayores pretensiones, sin estarle rogando luego que no la abandone, sin estarlo celando y haciéndolo sentir inalcanzable y deseado por todas las viejas del pueblo, sin estarse humillando y mostrándose necesitada de ese hombre, (lo que da pie a los posteirores abusos emocionales), sin estarle pidiendo que sea fiel y que le regale flores y chocolates, ni que la saque a pasear y la presuma. Ellas simplemente comerían y si te he visto no me acuerdo.


Y es que adentrándonos en la psicología masculina, un hombre no se acuesta con la reina del pueblo y espera que ésta de una vez le proponga matrimonio. No, eso no pasa, lo primero que un hombre siente es agradecimiento: con ella, con la vida, con el destino, con Dios (de tener uno), con el universo, por haberle permitido comerse aquel dulce manjar. Ya con eso el hombre queda satisfecho, no anda pensando en preñarla para tenerla, como si lo haría una mujer y Dios mioooo, como se han visto casos de mujeres que piensan que dándole un hijo a aquel hombre, ese va a caer rendido a sus pies. En la psicología masculina eso no sucede, si después del coito, aquella reina sigue buscando a aquel hombre, él se va a sentir más agradecido con la vida y continuara saboreando de las mieles del amor, sin mayores pretensiones, sin estar pensando en cuantos hijos irán a tener. Posteriormente, el hombre inicia y esto es verdad solo cuando aquella reina de verdad le guste, un proceso de conocimiento de aquella mujer; analiza si aquella dama está disponible solo para él, se toma el tiempo de conocer a su familia, se convence de que es de buena casa, espera, vuelve analizar, se cuestiona cosas como: ¿Hará esto solo conmigo? Debe haber más hombres atrás de ella ¿Los rechazara? ¿Qué me dice a mí que solo conmigo pasan estas cosas? ¿Me estará engañando? Seguidamente a esto, intenta dejarla, solo para ver dos cosas: si ella lo busca, o si ella busca a otro y así sacarse todas las dudas que tenga. 


Estimados lectores, esto es prácticamente un ritual, todos los hombres lo hacen, estén o no conscientes de ello. Estoy seguro que si se detiene un minuto a pensar (en el caso de los hombres) notaran que si lo hicieron o lo están haciendo; y en el caso de las mujeres, sabrán si están o estuvieron en este proceso. Bien, luego que el hombre analizó y realizó esta prueba, de los resultados depende el rumbo de acciones que emprenda. Si ella lo buscó el vuelve con ella, y si no lo buscó el intentará buscarla para saber porque no la buscó; él no se va a creer que una mujer que le daba sus suspiros de pasión hace unos días, ya no lo ama o no siente nada por él y más si él guarda ya en su corazón la idea de que esta es una buena mujer. También, está el factor vanidad, todo hombre tiende a creer que es un amante increíble; por lo tanto, no aceptara fácilmente la idea de que ya ella olvido aquellos momentos de pasión que él le brindaba y que en su mente (la del hombre) piensa que solo él pudiera darle.

 

Ahora bien, si sucede la segunda opción y ella se busca a otro, el inmediatamente iniciará un proceso de duelo, de perdida y comenzará a alimentar resentimientos contra esta mujer, se sentirá burlado, pensará que ese otro siempre existió, y terminará por aceptar que aquella mujer que el conoció en la fiesta del pueblo, era lo que siempre temió que fuera: del pueblo y para el pueblo. Le dolerá, llorará, aunque presumirá y querrá demostrar que “ni pendiente”, pero con sus más íntimos lamentará y hasta es probable que haga uso de las bebidas espirituosas más que nunca. Esto sucederá, aunque el hombre siempre tiene un premio consuelo: "me comí ese bombón y es más de lo que muchos de mis amigos pueden decir". Con eso, satisface su ego y reconforta su alma herida. En las mujeres este factor no existe, porque no pueden presumir la historia con otros hombres, y tampoco con sus amigas. La razón, es porque entre ellas saben que esto no es lo que hubiese querido y para una mujer decir: tuve a ese hombre, no la hace mejor que sus amigas; ellas la calificaran inmediatamente como una más en las braguetas de aquel individuo, sumiéndose así en un espiral de humillación y vergüenza, solo eso. Puesto, que toda mujer sabe que ningún hombre desprecia una sesión de sexo, por lo tanto meterse en la cama de un hombre no es un exito en lo absoluto; pero, conseguir una relación larga y duradera que de verdad funcione, ya es otra cosa que todas quieren, pero que no encuentran tan fácilmente solo abriendo sus extremidades inferiores.


Ahora, si pasó el caso uno, en cualquiera de sus dos modalidades; o ella lo buscó o ella no lo buscó pero tampoco buscó a nadie y, cuando él la busca ella estaba allí esperándolo. Entonces, en ese momento, aquel hombre habrá comprobado que aquella mujer vale la pena, no es del pueblo, no es de la sociedad, y puede disfrutarla solo él; cosa que es lo que finalmente él quiere, tener algo de él, y solo de él y para él. (de ahí surge aquel deseo jamás saciado de la gran mayoría de hombres y que se ha convertido en prácticamente una obsesión: la virginidad de la mujer). Obviando esto último, ahí muchachas y solo allí, es cuando el hombre comienza a planear un futuro juntos. Es ahí cuando comienza todo lo demás que ustedes quisieran que sucediera: los chocolates y rosas, los placeres del enamoramiento, las salidas al cine, al parque, las visitas donde la mama, etc. Allí, aquel hombre se entrega a lo que ella quiera, y comienza quizás a imaginar tener una familia, establecerse; buscar un buen empleo para ofrecerle algo mejor a ella y a su futura prole. Cabe señalar, que desde el reinado del pueblo a este punto han pasado algunos seis o más meses. O sea, pasaron muchas cosas y muchas pruebas, mucho tiempo y proceso para que aquel hombre entrara en la fase en la que una mujer entra a minutos de haber conocido un hombre y que ya su útero decidió sin haberlo consultado un instante con la razón, ni con la lógica, darle todos los hijos que pueda imaginar y ya nombró varios de esos hijos y seleccionó el color de las cortinas que quiere para su futura casa. Misma, que será en un palacio del pueblo donde su príncipe azul obviamente la llevará a vivir. Es decir, todo aquello que tardó minimo seis meses en un hombre, en una mujer le toma minutos si el hombre de verdad le gusta mucho.


Con esto, creo que pueden hacerse una visión algo más clara de por qué el hombre sigue manteniendo el monopolio a través de los siglos sobre la sociedad de la raza humana. Como ven, todo se reduce a una cuestión biológica y a un proceso cognitivo sobre las etapas de decisión que vive un hombre y una mujer en cuanto a la selección de parejas. Al existir un desfase tan enorme entre una y otra, se crea una disyuntiva que los grupos “progresistas” mal informados han llevado al extremo, sin reconocer; porque no es que no conozcan, simplemente no reconocen o no aceptan estos hechos. En el fondo toda mujer sabe que la lucha entre hombres y mujeres termina en el momento en el que ella conoce a un ser masculino que sin haber analizado en lo más mínimo; solo dejándose llevar por un instinto primitivo, le entrega todo lo que es ella. (Muchas veces, expresiones como “no sé qué le vi” o “no sé qué me paso” son las más comunes en estas situaciones). Siguiendo con el tema, cuando digo todo es todo: su cuerpo, su alma, sus anhelos, sus sueños y hasta su dinero, etc. Es por esta razón, que los grupos feministas son tan contradictorios, y sus banderas son tan confusas. Por qué las mismas defensoras saben que su lucha está perdida, y lo está porque no tienen una meta clara, quieren igualdad pero son ellas mismas las que se vulneran, quieren ser tratadas igual pero son ellas mismas las que exigen preferencias, quieren no ser sometidas, pero se someten voluntariamente a los deseos de un hombre que las atrae. Tal vez por esto, toman otras banderas que ni siquiera son de su lucha, como las minorías, el aborto y hasta los GLBT, cosas que no tienen que ver con la desigualdad y la relación de poder históricamente a favor del hombre en la sociedad. Pero, que estos grupos usan para simplemente hacerse notar.


Muy bien, el párrafo anterior solo era para escenificar un hecho que es el resultado de vivir en este universo y no en otro donde las ecuaciones estén hechas más a favor de la mujer. En aquel otro universo, la mujer eligiera a buenos hombres como consortes, aquellos que ella piense serán buenos padres y donde las aventuras estarían reservadas a los consortes que identifiquen para una noche. Serian felices y la sociedad rondaría en torno a ellas, no sufrirían por ser tratadas como objetos porque serian ellas las que trataran como objetos a los hombres. Se casarían con hombres fieles, que cuiden a sus hijos, que cumplan con el hogar, no estarían con descarados que le pasan por el frente a la otra y que ella tolera porque en el fondo acepta que es un macho y los machos, más que todo los alfa, pueden hacer esas cosas. Así que ella solo se limita a ser una hembra más de la manada. Y en este punto se que muchas me odiaran, pero a las pruebas me remito ¿Cuantas vecinas no conoce que viven lo que acabo de describir? y que quizás en un momento de tertulia frente a un café has criticado con tu mejor amiga. ¿Cuántas mujeres no conocen que viven esta triste situación a diario? En su entorno, en la comunidad, etc. Las expresiones “no sé porque le permite tanto a ese hombre” puede que le resulte familiar, o aquella de: “quien sabe que le hará para que le aguante tanto” son frases que en algún momento a escuchado o repetido. Pues bien, la razón es porque ha conocido ejemplos de mujeres víctimas de su biología, mujeres que estaban en etapas muy distintas de la relación cuando decidieron que aquel, muy probablemente desconocido hombre, fuera el padre de sus hijos. Mujeres que día a día luchan por trasformar al “galán del pueblo” ya calvo y envejecido en el diamante que ellas algún día imaginaron que era. Bellas damas que andan detrás de hombres que conocieron quitándoselo a la amiga o la esposa y que ahora intentan convertir en un pastorcito fiel; desarrollando todo tipo de habilidades de espionaje, manipulación y chantaje, escondiendo bajo el maquillaje duras horas de insomnio y llanto; pensando que está con "la bruja" de la vecina. 


Es tan cierto lo que les digo sobre qué las mujeres aceptan su papel de dominadas, que cuando descubren una infidelidad del esposo, el novio, o aquel hombre que por lealtad debería respetarla, se atreven a reclamarle y pelearle con holgura por su infidelidad; pero no los dejan ni de chiste, guardando solo algo de enojo y odio que van dejando escapar de vez en cuando. Mas sin embargo, no se compara con el enojo, odio y resentimiento que desarrollan hacia la otra hembra; que por cierto no le debe lealtad a ella, no se casó con ella ni le prometió amor eterno y que en la mayoría de los casos no sabía de su existencia. Es contra esta hembra, que la mujer enfila cuchillas y a la cual culpa de todo, expresiones como: “es una cualquiera” “ se le metió por los ojos” “roba maridos” entre otras, prueban que lo que digo es cierto, inclusive a veces y acéptenlo es muy común, las mujeres normalmente cuando pelean y se llevan a los golpes, es por un hombre. El que por cierto, muy probablemente mientras ellas se pelean, el galán de feria está buscando abrigo en brazos de una tercera. 

Si a lo señalado le sumamos que las diferencias entre el hombre y la mujer en perdonar traiciones es abismal; ya que hay muchas más probabilidades de que una mujer perdone una infidelidad, que un hombre; esto, debido a que a ellas les cuesta más abandonar una relación y prefieren culpar a la otra e inclusive a ellas mismas de la infidelidad de la unica persona que les debia lealtad: su macho. Todo, con tal de no aceptar que su hombre, diamante en bruto y galán de feria sigue siendo el mismo personaje que conoció en un bar, borracho, mujeriego y pendenciero, y que los meses y años de terapia le siguen demostrando que no ha logrado transformarlo y mucho menos ejercer sobre él el poder para hacerlo cambiar; es decir, ni siquiera eres la persona que lo domina a tal punto de hacerlo cambiar (como era tu sueño). 

Con lo anterior, es decir, al enfilar baterias de lucha contra el objetivo equivocado, la mujer esta reconociendo implícitamente de que él es el macho alfa que tiene derecho a tener varias hembras y ella la hembra que reclama dominancia para aparearse con ese macho; por lo que la que actuó mal fue la otra, quien debia alejarse, puesto que el tiene el derecho divino de aparearse con cuantas hembras le den la oportunidad, "porque es un hombre y los hombres son asi" (¿Les parece conocida la frase? ustedes la inventaron). Se que no lo ven así mujeres, pero en la práctica es lo que sucede. 

¿Solución?

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