CÓMO ENTENDERNOS...
Quien escribe es abiertamente mujerista, y con esto no quiero decir jamás que sea feminista, nada más alejado de ese asqueroso movimiento pro-decadencia de la mujer (pienso que los grupos feministas están conformados por personas que realmente odian a las mujeres). Así, que lo que realmente intento decir es que apoyo abiertamente a la mujer libre, soñadora, emprendedora y empoderada, aquella que no depende emocionalmente de un hombre y no sucumbe ante la bragueta de ningún baboso para sentirse querida, aquella mujer que lucha incansablemente no buscando ser igual al hombre, eso sería el equivalente a que un León, Rey de las sabanas africanas, buscará ser igual al gatito doméstico. No, yo creo en la mujer que se sabe lo suficientemente digna no como para ser igual a un hombre, sino que se reconoce mejor que éste y aun así, no necesita demostrarlo a nadie porque se siente realmente grande.
Con lo anterior dicho, quizás piense que este blog es para hablar sobre las mujeres. Pues no, este blog hablará sobre el hombre y quise aclarar primeramente mi posición para que con eso que acabo de decir en mente, usted sepa que en ningún momento voy a tomar ventaja de mi posición de varón para hablar bien del género masculino en detrimento de la mujer. Con esto, quiero que usted tenga claro que trataré de hablar solo con la verdad (a mi modo de ver las cosas) y que si esa verdad le resulta incómoda no piense que lo está escribiendo un machista misógino, sino que lo escribe alguien que realmente admira a la mujer y que si lo escribe será con cierto aire de: desagrado, tristeza y hasta dolor.
Hablar del hombre es un tema un poco más complicado que hablar de la mujer, debido a que aunque usted no lo crea, y pienso que es porque la mujer es material de inspiración mucho más que el hombre, es muchísima la literatura sobre la mujer que se consigue, en cambio se escribe muy poco sobre el hombre. Esto, no significa que no se haya escrito bastante sobre el hombre, solo digo que en comparación con la mujer se ha escrito bastante menos, haciendo más difícil establecer paradigmas aceptados en relación al mismo.
He descubierto que una de las causas de inseguridades de las mujeres, es desconocer precisamente que piensa un hombre. Y, es que haber, hagamos recuento, el conocimiento de la mujer sobre el hombre se limita a saber que el solo piensa en una cosa; el sexo, debe ser por eso que el material de mayor venta en el mundo es precisamente el cuerpo de la mujer, senos, vaginas y curvas femeninas son tres productos de los que abundan las páginas Web, redes sociales y todo material audiovisual que pudiera venderse o exhibirse en el planeta.
No obstante, las mujeres se plantean muchísimas preguntas sobre nosotros los hombres, una muy frecuente por ejemplo, es si realmente nos enamoramos, parece ser que la mujer duda de la capacidad del hombre para enamorarse; y la respuesta va a sorprender a muchas personas, la verdad es la siguiente: solo los hombres necesitados se enamoran, o voy a decirlo de otra forma, solo cuando sufrimos una especie de debilitamiento caemos bajo el influjo del enamoramiento. Se que, muchas están decepcionadas en este momento, a lo mejor esperaban un rotundo: siiii, nos enamoramos; pero no. Y la razón sigue siendo biología pura, no necesitamos enamorarnos, solo queremos aparearnos, solo eso, la naturaleza no nos programó para sentir emociones que nos faciliten entregar nuestros sentidos y cuerpos a alguien. No nos programó para sentir que necesitamos garantizar que alguien permanezca a nuestro lado, no, eso es un sentir femenino y muy hermoso por cierto, pero nosotros no tenemos la necesidad de sentirlo.
La mujer necesita para entregar su cuerpo sentirse atraída por ese hombre, respaldada por aquel ser que le proyecta seguridad y le da cierto sentido de pertenencia, es por eso que la mujer necesita sentirse suya, para sentir que la cuidara aquel hombre por ser una propiedad de él. Es una necesidad de la mujer sentirse cuidada. Sin embargo, el hombre no necesita nada de eso. Podemos aparearnos con una mujer sin que nos guste, podemos y lo hacemos, tener relaciones con una mujer sin enamorarnos (cosa que le cuesta más a la mujer) los hombres pueden ir mil veces a un bar y pedir a la misma prostituta y jamás desarrollará sentimientos hacia esa mujer, en el caso de las mujeres es más difícil, son muchísimos los casos documentados de mujeres que solicitan servicios sexuales y terminan desarrollando sentimientos y reacciones emocionales hacia el hombre que le presta el servicio; está en su genética, está en su ser y no lo pueden evitar.
El hombre no necesita nada de eso, por lo tanto el enamoramiento en nosotros no sucede como en el caso de la mujer. Ahora bien, lo anterior no implica que no nos enamoremos, en algún punto lo hacemos, pero no de la forma que lo hacen las mujeres y sobre todo, no con el fin que lo hacen las damas. Para que un hombre se enamore, tiene que darse algunos pasos, los cuales detallo a continuación:
Pasos:
Paso 1: sentirse realmente atraído por aquella mujer, pero mucho, tanto que se sienta poco frente a ella, que sienta que le hace falta para estar completo. Esto solo ocurre cuando la mujer además de poseer ciertos encantos naturales, posee también habilidades sociales que van por encima de la media, es decir, uno el hombre se siente atraído por una mujer que lo hace sentir deseado ante los demás, y que además lo complementa hábilmente en sus relaciones interpersonales. Con esto, quiero decir tres cosas: el hombre no se enamora de una mujer solo porque sea linda, tampoco se enamora de una mujer que uno no haya buscado y tampoco se enamora de una mujer que tenga menos habilidades sociales que uno.
Corolario: mujeres, un hombre jamás se va a enamorar de una fémina que lo buscó a uno, que le demostró de lejos estar dispuesta a darle todo sin hacer el mínimo esfuerzo, Jamás. Una mujer que da sexo fácilmente no va a ser motivo de enamoramiento nunca, ya dio la moneda de cambio que tenía a su favor (volvamos al principio de que el hombre solo busca sexo y si usted ya se lo dio ¿qué espera ahora?) lo que nos lleva al segundo paso.
Paso 2: nos enamoramos de una mujer que nos cueste pero que no se haga de rogar. Este paso es clave, ya hemos establecido que no nos enamoramos de las mujeres fáciles; no se confundan, nos gustan esas mujeres fáciles, les agradecemos su colaboración con el sexo, pero para enamorarnos absolutamente no las queremos. Nos enamora una mujer que sea abordable, que nos hable con una sonrisa, que nos haga sentir que sí, que veamos atractiva y más importante, que otros vean atractiva (si, el físico si nos importa; aunque debo aclarar que nos conformamos con una cara bonita sin exagerar; las mujeres demasiados bonitas nos aterran, un cuerpo voluptuoso sin exagerar, los gustos normales y de la media son los que la naturaleza ofrece: senos de tamaño medio, cuerpo bien proporcionado sea gorda o delgada y sentimos cierto gusto por la cintura y zona pélvica de una mujer.) Con lo anterior, quiero decir que esas exageraciones de senos, nalgas y cosas desproporcionadas, nos agradan verlas quizás, pero créanme el promedio del hombre no las desea para enamorarse y mucho menos son motivo de enamoramiento. La mujer solo debe mostrarse agradable pero impenetrable y créame que el término “impenetrable” está muy bien usado y justificado en esta oración.
Otra cosa, es que para un hombre es inconcebible (por lo menos para el inteligente) que una mujer super operada, que sale a la calle mostrando todo aquello, quiera solo compartirlo con un hombre. Repito, esa es la convicción de un hombre, pueda que aquí todas peguen el grito y digan NOOO, una lo hace por sentirse bien con una misma y puede que hasta sea cierto; no hay evidencia científica que sugiera lo contrario. Pero créanme, uno el hombre no lo ve así y no lo vera nunca, por lo que una mujer “explotada” definitivamente no es para enamorarse.
Paso 3: nos gusta una mujer que por lo menos aparenta no ser de todo el mundo. Es decir, no nos enamoramos de una mujer que tenga un gran historial y sé que todas lo tienen, en promedio una mujer tiene muchos más amantes que un hombre antes de establecerse con una pareja. Aunque usted no lo crea las estadísticas dicen que en promedio una mujer habrá tenido entre 9 y 11 parejas sexuales antes de alcanzar su madurez sexual o lo que es lo mismo, antes de establecerse con una pareja; mientras que el hombre en promedio solo tiene 6 parejas sexuales antes de establecerse. Y sí, sé que habrá escuchado de hombres que dicen haber tenido 400 parejas, pero créanme el hombre cuenta historias que nunca pasaron mientras que la mujer jamás cuenta cosas que sí pasaron. Esto, se debe en parte a que la mujer conoce muy bien esta realidad (del paso 3), es por esto que las mujeres ni con sus amigas hablan de las parejas que han tenido, por miedo a ser traicionadas y humilladas por sus propias amigas y que eso aleje a posibles consortes masculinos.
Entonces, nos enamoramos de mujeres que aparentan aire de inocencia, no de esas mujeres que creen que hablar de lo bien que lo hacen en la cama tendrán mayor suerte, quizás sí la tenga pero solo para pareja sexuales, recuerden que un grito de guerra que la mujer conoce y emplea muchas veces es: “la mujer se acuesta con quien quiere, el hombre con quien puede” y hasta allí, es decir hasta acostarse es verdad; pero, estamos hablando de enamorar a un hombre y eso mi querida amiga que me está leyendo es algo que cuesta mucho más que solo abrir las piernas.
Paso 4: que nos haga sentir necesitados, este paso es clave, puesto que un hombre y eso lo dijimos al principio, no se siente necesitado de manera natural. No obstante, hay un momento de nuestras vidas que como seres humanos pasamos por momentos de depresión, si, también nos deprimimos, también nos sentimos feos a veces, nos sentimos poco valorados y tenemos complejos con el tamaño de nuestro miembro, solo que no lo andamos pregonando por los cuatro vientos y somos mejores que las mujeres al momento de ocultar lo que sentimos o lo que nos pasa. Este paso, yo lo llamo el factor “momento apropiado” si conocemos una mujer que nos atraiga físicamente, que nos parezca difícil de conquistar y que además esa mujer nos parezca el ser más dulce e inocente de este mundo, está el cóctel listo para enamorarnos.
Resumiendo: para enamorarnos deben pasar cuatro cosas, conocer a una mujer que realmente nos atraiga, o sea, que nos atraiga algo más allá que su sexo y que esa mujer nos cueste llamar su atención y finalmente que nos convenza de que es inocente, así haya salido de un bar; nos gustaría pensar que es la prostituta más inocente que había en ese lugar (obvio exagero con este ejemplo). Y cuarto, que se combine todo eso con el momento indicado. Es que mientras una mujer siempre anda pensando en encontrar al príncipe azul en cada esquina, nosotros andamos pensando en conseguir sexo, a menos que nos sintamos debilitados por un sentimiento de insatisfacción emocional. Es por eso que al principio decía que solo los necesitados se enamoran, un hombre realmente no siente la necesidad de casarse a menos que se sienta débil y que necesita de una persona que llene ese vacío o esa debilidad de alguna forma. En ese caso la mujer que reúna las características apropiadas será ese bastión de poder que le hace falta para continuar avanzando, continuar con sus proyectos, con su vida y para fortalecer su estatus de poder.
Todo hombre que se casa a una edad temprana, sólo deja ver grandes debilidades emocionales, por suerte para ustedes mujeres, los traumas de la infancia tienden a dejar huellas imborrables en el hombre, es por eso que muchos tarde o temprano sucumbirán ante la necesidad de enamorarse y quizás casarse, así que no desesperen, no es que sean feas o tenga mala suerte, simplemente no han encontrado aquel hombre necesitado de una mujer en ese momento. Por lo anterior, es que usted ve y esto es un hecho probado, que un hombre entré más poder tenga, menos necesitado será y tenderá a prolongar su soltería, sonados son los casos de hombres importantes de negocios, de industrias, etc que permanecen solteros. Así, que la próxima vez que vea a un hombre que le parezca atractivo soltero, no piense que es porque sea un mal hombre, simplemente es un hombre que aún no tiene la necesidad de enamorarse, aún está completo, íntegro y no siente la necesidad de unir su vida a nadie para seguir sintiéndose poderoso.
Con lo anterior, se puede sacar dos conclusiones importantes que le servirán mucho: el hombre más difícil de enamorar, no es el más guapo, ni el más millonario, ni el que tenga más para escoger, sino que el hombre más difícil de enamorar es aquel que no tenga traumas emocionales y que no tenga necesidades insatisfechas. Otra conclusión es que: la próxima vez que vea un posible consorte, antes de pensar en sus fortalezas, piense en sus debilidades, le ayudará mucho a lograr su propósito.
Ahora bien, no se desilusione, es bueno que sea una necesidad la que obligue al hombre a enamorarse. Esto quiere decir que mientras una mujer se enamora por un sentimiento de amor (que en el fondo es el mismo, necesidades insatisfechas expresadas de otro modo) el hombre se enamora por necesidad. Es decir, usted será una persona que ese hombre necesita para sentirse completo y seamos sinceros a las mujeres les gusta sentir que su hombre las necesita. De este modo, la ecuación está completa. Ustedes logran su propósito de casarse y ser feliz con un hombre enamorado de ustedes que las hagan sentir seguras, protegidas y cuidadas y el hombre conseguirá a su lado un ser que el necesita para sentirse mejor consigo mismo y para continuar adelante con su vida sintiéndose respaldado y apoyados. Por lo que el coctél de un matromonio feliz (sea largo o corto) estará teóricamente garantizado.
Mujeres casadas ¿son ese apoyo y respaldo para su esposo? Respóndete con sinceridad esa pregunta porque si no lo es, usted no está cumpliendo el único propósito que tiene en la vida de ese hombre, cuidado, ese es el principio de las debilidades. No, no es la vecina bien proporcionada que le sonríe, puede que sea usted.
CONTINUARÁ…
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